Un año.

Flipas, un año. El tiempo no se para obviamente, pero me sorprende haber mantenido esto vivo durante un año entero. Y le he prestado atención, me he preocupado porque avance, me he frustrado cuando bajaban las visitas y me he alegrado cuando un texto ha gustado.
Yo no soy de celebrar fechas. Lo sabe quien me conoce, que por ejemplo no recordaba que era mi cumpleaños hasta el medio día cuando me metí a Facebook y encontré alguna que otra felicitación. Pero esto creo que merece la pena. Porque es un proyecto en el que me he involucrado de verdad, y para una persona que no ha mantenido algo constante desde la infancia, es un logro, es un orgullo. Joder, estoy orgulloso de nuestro colectivo.
Para todos esos entes invisibles que nos visitan no tengo agradecimientos ni buenas palabras: nunca he querido ganarme vuestro respeto o admiración, solo vuestra atención. Algunos de vosotros sois amigos, con caras y voces que conozco. Otros solo sois números en la pestaña de ''Estadísticas''. Pero también sois parte de esto, una pieza fundamental: el ancla que mantiene el colectivo atado al mundo.
Aunque algunos por aquí piensen que es un esfuerzo inútil o que todo esto no es más que egocentrismo... bueno, es cierto que me gustaría que hubiese más participación externa, pero el hecho de que no la haya no le resta mérito a lo que ya hemos montado. Nos hemos llegado a conocer mejor. Hemos descubierto cosas de gente que antes nos pasaban desapercibidas... yo he descubierto que me gusta escribir relatos de terror y que no soy tan malo como pensaba.
El tiempo pasa y hay que hacer algo con él. Pues bien, los momentos que he dedicado al colectivo siento que no han sido en balde. ¿Sabéis lo que vale eso? La mayor parte del tiempo transcurre sin mayor trascendencia que el seguir vivos, pero cuando tu tiempo cobra más importancia entonces estás ganándole la partida a la muerte, tanto que esta suele hacer que ese tiempo nos parezca muy corto, muy rápido. Cuando disfrutas de ese momento ardes con más intensidad.

A veces he pensado en dejarlo todo a un lado. Hubo cierta vez que pasé bastante tiempo apartado del colectivo. Porque me ha minado el alma ver que tanto empeño no daba los frutos que yo esperaba. Pero eso, en parte, es bueno. Eso implica que me importa. Y para una persona que no se interesa por nada de verdad desde su infancia eso es mucho. Por supuesto se puede ver el lado feo del asunto y pensar que todo esto solo busca atención, trascendencia, fama. Y es así, es absurdo negarlo. Pero verlo así es eliminar del cuadro muchos más detalles. En fin, todo tiene su lado bueno y su lado no tan bueno. En un año me he dado cuenta de esto y de más, de mucho más.

Se despide Albaricoque. Que tengáis un buen día.