Llegas frente al papel o la pantalla y...
eso, nada.
En blanco.
Vivo en una imagen falsa de lo que no es mi día a día. ¿Qué tipo de persona querré ser mañana? Eso depende de lo que vea hoy en internet. Para ser guay siempre ha habido que decir gilipolleces. Mantenlo real.
¿El qué? El mal aliento mañanero, mañanas que empiezan a als tres de la tarde. La geniuna sensación de estar perdiénte algo genial a cada instante. Los mejores momentos que solo sirven para recordar. Cuando estás jodido para recordar que ya no volverán, cuando estás bien todo es presente y continuidad. Cuando estás mal el pasado pesa y el futuro es la certeza de que no va a mejorar solo.
No mi hermano, la vida no es casualidad y esperanza. Que no coño, que las cosas pasan y aquí estoy a la espera de una muerte segura acompañado de mis demonios. Acompañado de mi mismo, saturado de mi mismo.
Pensando en escapar. No se puede escapar.
Mantenlo real, el patetismo de estar obsesionado con echarse una novia. La decepción: no eres lo que se esperaban, no eres lo que tú mismo esperabas, el mundo es algo extraño y no han estado metiendo con calzador desde siempre que tenemos razón. Que podemos siquiera aspirar a tener razón. Todo es mentira, como la mentira y lo que tus amigos piensan. Mantén real que hace unos días le metieran seis balas en la cabeza a un hombre frente a su familia en pleno centro. Mantén real que ese hombre no era un buen hombre, pero que su hijo solo es un niño que ahora cultiva odio.
Busco a Dios pero hace tanto que le di la espalda que ahora temo que me guarde rencor. Y todo por el egoísmo y la soberbia: yo soy como soy. Manteniendome real a base de mentiras.
¿Qué tiene de moló faltar a clase? Pero vamos a las manifestaciones. Deberíamos montar una huelga contra nosotros mismo, de hambre, y no ceder hasta que la muerte o la verdad nos vengan a visitar. Desde Saturno no somos más que unos píxeles en una fotografía tomada por una nave espacial. Hemos llegado lejos y por eso ahora no vemos el horror que sustenta nuestro avance. Pero los chicos del barrio tienen swing y swag y lo mantienen real. Y las putas bailan canciones para putas, pero no se toca, solo se mira. Sin saber que su libertad para mostrar su cuerpo se ganó mediante la muerte. No hay progreso, solo los que ganaron y los que perdieron, unos vivos y dictanto las notas de partitura de nuestro simbólico mundo y otro muerto, enterrados. Un muerto no hace nada, solo se pudre.
La llamada del deber no es real, es solo matar para que no te maten o para que no te quiten. Solo eso. Y todavía queréis que la cosa sea real, enfrascados en nuestra burbuja de locura. Es demencial mi hermano, somos la punta de lanza y nos clavamos hondo en el costado de quien no procede o no aporta. Prestación social deberían ser la adquisición de conciencia y una educación real, fiel a lo que el mundo es dentro de los límites de nuestro cerebro de mono.
Monos.
A mi me llamaban moro y hacía un drama de esto. Ahora siento una inmensa vergüenza, tanto propia como ajena, y es el único sentimiento que considero real, aunque tenga que hablarlo con palabras que no se ciñen a lo que es en verdad.
¿Harto? No, cansado, desde siempre. La energía que tenía la gasté de pequeño cuando no entendía a penas nada más allá de que mamá cura, papá protege y la familia es lo primero.
¿Dónde está mi Dios ahora? Riéndose de todos nosotros quizás. Si el odio que siento está todo dentro de mi entonces solo me odio a mí. Pero el odio debe ser algo más que esto, una pura rabieta de niño. Porque decidí jugar con los mayores y cuando me metieron la paliza de mi vida me fuí llorando porque dentro de mí yo pensaba que me iban a dejar ganar. Que mi puta cara bonita me salvaba. Que era cascarilla.
Tenemos dos ángeles que nos acompañan, y ninguno de los dos se ocupa de que nos vaya bien. No es su puto trabajo. No es trabajo de nadie. A nadie le importa. Y yo escribo sin mirar las faltas de ortografía cuando estoy cabreado y quiero que alguien me de motivos para soltarle medio litro de bilis.
Real es no llevar la razón y tener que cargar con el peso de tus cagadas, por muy listo que seas y por muchas excusas que te puedas montar para que el martilleo del coco te deje dormir tranquilo. Y ahora vete a la mierda por favor, tengo que seguir cagándome en el mundo a solas.
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