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lunes, 4 de febrero de 2013

Breve juicio a Nietzsche I

Pondré uno de los ejemplos más corrientes de la filosofía moderna que es el archiconocido Fiedrich Nietzsche. Sé que es uno de los pensadores más renombrados hoy en día, pero no todo el mundo sabe que se empezó a estudiar la figura de Nietzsche desde hace muy poco tiempo. De hecho siempre recordaré los libros de Stefan Zweig, siendo él un alumno de instituto (Gymnos que llamaban a la educación secundaria en el Imperio Astrohúngaro por aquel entonces) describía que a escondidas de sus profesores leían a dicho filósofo debajo de los pupitres de clase, hasta que un día les pillaron y ni tan siquiera el mismo profesor sabía de quién se trataba el escritor de esos libros. Es una anécdota curiosa, pero al margen de esto me resulta rimbombante hablar de el, ya que últimamente se le exalta mucho por la juventud debido a su concepto de el nihilismo y por la obra El Anticristo.

No concibo como se le tiene tan leído necesitando yo leerme un par de veces Así Habló Zaratustra y Ecce Homo para apenas acercarme a la esencia de Nietzsche además de que sería muy difícil caracterizar su filosofía de manera objetiva. (Básicamente porque su obra, casi en su plenitud, se centra en las deconstrucciones de otros tratados y pensamientos, no hay que leer a la ligera a Nietzsche hasta no conocer parcialmente lo que quería destruir). Sin más preámbulo:

La Filosofía de Nietzsche

El Ubermensch y Dios ha muerto
Nietzsche abogaba por la devaluación de los conceptos supremos impuestos en la cultura occidental, sufriendo estos valores un cambio de una concepción axiomática a una aprehensión de la realidad más múltiple y cambiante, “al volverse inoperante lo que antes se mostraba como supremo”.
Realiza una deconstrucción feroz sobre las figuras divinas con la frase “Dios ha muerto”, en concordancia con su pensamiento nihilista ( “
Nietzsche trata esta frase más que como una mera declaración provocativa, casi como una revelación, como si representase el potencial de nihilismo que arrastra el alzamiento y el progreso”) y su máxima del detrimento del hombre europeo u occidental, además del decaimiento de la sociedad occidental en consecuencia del nihilismo.Según Nietzsche, la reanimación del hombre occidental frente al anarquismo moral ,el nihilismo y el esclavismo ético la impondrá la figura del Ubermensch, en su implantación de la desaparición de dichos valores y en la germinación de unos nuevos. Con ésto representa la desaparición sistemática de la impuesta “moral divina” y el advenimiento de otra cultivada en lo más profundo del ser humano; en otras palabras, la muerte de Dios:
“Vosotros miráis hacia arriba cuando buscáis elevación, yo miro hacia abajo, porque estoy elevado.” 

Con ésta frase sacada de Así Habló Zaratustra, se vislumbra la voluntad de los hombres en la búsqueda de la figura de Dios, en contrapartida de Zaratustra, El Hombre, que se ve en dicha elevación porque se ve en el mismo plano de acción que Dios y que el resto de los hombres; la determinación, la voluntad, los dilemas, la obstinación, la creación…
“¿Es el hombre sólo un error de Dios? ¿O Dios sólo un error del hombre? Hay que decidirse. “ .
Ese Ubermensch o superhombre está por encima de vidas posteriores puesto que cree en hechos factibles y sensoriales, sin dejarse dominar por la frivolidad de los placeres terrenales. Además, considera al hombre una entidad en decadencia y un puente entre los hombres primigenios y el Ubermensch, el ser que ama la vida y el mundo pero acepta que en ella existe el dolor, el que legisla a voluntad  y el que no reniega de sus actos ni decisiones.
La muerte de Dios no es un hecho en sí, sino un proceso de sabiduría y sensatez en el que el hombre se ve capacitado para deshacerse de dicho concepto que acota  los patrones y nuestra propia naturaleza, la destrucción que supone el nexo entre la moral ,los pensamientos irracionales y los axiomas infundados. La destrucción de ese nexo dará lugar a la verdad suprema y sin cortafuegos, el hombre al servicio del hombre: “
La autosuperación de moral por veracidad, la autosuperación del moralista en su antítesis, es lo que significa en mi boca el nombre Zaratustra.

3 comentarios:

  1. Muy interesante, como siempre, y muy buena interpretación de la idea. Pero para mí algo escueto y poco trascendente (en cuanto a que no aportas nada nuevo), cuestión de expectativas supongo. Además echo en falta paradigmas de la filosofía platónica y presocrática, que a mi parecer son bastante importantes a la hora de entender a Nietzsche y su propuesta del superhombre (espero que perdones mi desconocimiento del alemán). De todos modos, como veo que publicarás al menos otra parte, estoy segura de que profundizarás más, sino en el tema, al menos en la obra.

    Por cierto, yo cuando he leído a Nietzsche, siempre he tenido la impresión de que tenía que "estudiarlo" más que "leerlo".

    ¡Ala! Os está quedando el blog de puta madre.

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  2. El dilema surge de que descompongo los planteamientos de Nietzsche partiendo de las ideas más significativas que nos heredó, tales como el Ubermensch, el nihilismo heredado de Hegel y el Wille zur Macht ("Voluntad del poder", lo poquísimo que sé de alemán, es por leer a éste hombre), por eso mi texto puede tener ese aire generalista, que era nada más y nada menos el tono que quería darle. Como bien dices, quedan por lo menos tres partes más del texto donde abordo las deconstrucciones Platónicas y Socráticas, la moral impositiva que ellos propusieron según Nietzsche y hasta la poesía que escribió. ¡Gracias por escribir!

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  3. Dios ha resucitado.
    Pregunta al toxicomano que recibe su metadona a primera hora,
    al politico que trafica con influencias
    y al policia que acepta sobornos.
    Pregunta a las actrices que anuncian perfumes,
    al cura que mira las nalgas de sus alumnos en catequesis.
    Y al cirujano plastico, al periodista del corazon, al banquero.
    Preguntale a Strauss-khan, a Condoleezza Rice, a Fidel Castro en ropa de marca...
    Pregunta en Gaza, en Haiti y en Liberia.
    Como el propio Federico argumentó, en este mundo todo va de acuerdo con el juicio que dios determine en el duelo, y la fuerza, por supuesto, es la medida de todo valor; si triunfa es lo justo

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