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lunes, 4 de noviembre de 2013

Sesuponequeuntitulodebesintetizarlaideadeltextoyseratractivo.

¿Recordáis ese capítulo en el que el personaje principal, o alguno de ellos, pierde su identidad? Da igual de qué serie, cualquiera. Es ese capítulo en el que dicho personaje ya no sabe quién es ni dónde encaja. Bueno pues me siento un poco igual. He indagado en otros lugares, he visto y oído -tan poco-, he compartido y he creído compartir. Pero ahora me miro y pienso que no sé dónde estoy y menos aún cómo he llegado hasta aquí. El mundo es tan  grande...
Hay mendigos por las calles igual que hay ricos en sus coches de alta gama. Si algo los iguala es su ansia de tener, ¿no? Las cantidades ahora mismo no me interesan, solo digo que todos somos iguales, que ''todos'' significa uno y el otro y el otro... y así muchas veces hasta que se cierra la cuenta. Y la cuenta es perfecta, es igual a cero. Eso lo sabemos todos desde que comenzamos a usar la esperanza. Cuando la perdemos es porque ''todo es igual'' y cuando la tenemos es porque si todo es siempre repetición entonces solo existe la opción de hacer las cosas de otra manera. No sabes qué viste antes de nacer y ojala supiéramos cómo luce lo de después de morir. Eso también nos iguala, el no saber. 
Hay también personas con muchos amigos, con muchos conocidos, con muchas relaciones. Hay otras que menos, dedicadas más al yo que al ellos. Pero todos queremos una parte del ellos sin renunciar demasiado al yo. También, sí, también somos iguales en eso. Yo y tú. Nadando en la parsimonia de los días que solo son lo que quieres que sean y solo serán los recuerdos que te acompañen más adelante. Es un poco como un largo pasillo oscuro: a medida que avanzas aprendes a encender la luz o a mirar en la oscuridad, pero ningún paso que des es el primero y todos los que has dado son la razón de tu vida, el sustento de tus días, la razón por la que puedes decir que estás vivo y que has vivido.

¿Por qué todo este rollo? Porque me gusta ponerme poético cuando explico qué es para mi todo este circo. La literatura o como lo quieras llamar nos da alas. El presente es lo que es pero del pasado se encarga uno mismo, porque los recuerdos son como arcilla húmeda y cada uno los moldeamos como queremos dentro de nuestras posibilidades. Mis posibilidades son ver este día como uno más que se marca en el papel y la carne, un día de hacer la compra para la semana, fumar, pensar en la familia, ver a los amigos y volver a la cama con la promesa de mejorar; o pensar en el mañana como algo más que lo que viene después del sueño y comenzar a construirlo hoy mismo, ahora mismo. Verás, cada segundo que pasa nunca vuelve.
Me gustaría que pensases en que cada segundo que pasa, nunca vuelve. Que lo pensases muy fuerte. No para entenderlo. No con la cabeza. Piensa en ello como se piensa en el infinito. Piénsalo hasta que una sensación de abandono y desamparo se apodere de ti. Cuando esa sensación llegue, como llegaba cuando quedaban unos pocos minutos para que acabase el examen y todavía tenías muchos problemas que resolver, entonces y solo entonces entenderás de qué te estoy hablando ahora mismo.
El tiempo no es solo físico. Por mucho que podamos medirlo. Es algo que trasciende lo material, como todas las cosas viejas de este mundo que llevan con nosotros desde siempre. Yo voy a la deriva, sin un motivo, dejando pasar los días suaves y huyendo en los días de tormenta. Puedo decir que llevo años así, o puedo entender que solo llevo así desde hace un instante. Incluso puedo llegar a percibir con el rabillo de mi ojo interno -el del pecho, el que duele con los desamores- que mi situación es ahora, y que a cada momento que ahora ya no es mi presente, mi situación pasa a ser algo que ya ha perdido todo su sentido. Supongo que nadie te enseña a gestionar tus emociones y carencias, y que al ser yo tan contradictorio, mi problema es que no he aprendido a encajar en el presente de los que me rodean. Por ejemplo, ayer estaba triste porque no se me da bien tratar con las mujeres que me atraen, pero hoy al despertar no había ni rastro del dolor por mi madre que se muere por ver como su hijo se hunde cada vez en un pozo más profundo. Me hierbe la sangre cuando voy por la calle y miro una marquesina publicitando ideales políticos, pero el mendigo que hay en la puerta del Día a penas me hace levantar la mirada, y sigo codiciando ese coche o esas zapatillas tan guapas. Así están las cosas por mi mundo. Así he sido. Perdido en putas banalidades y notando que cada segundo que defeco sale como entró, intacto. Mientras tanto la marquesina me devuelve la mirada y veo el mismo cuerpo con la misma ropa... pero me siento tan distinto que no reconozco ni mi propia voz al hablarle a la cajera o al tendero. Yo y mi presente, entendiendo que algo va mal pero sin saber cómo arreglarlo. Hasta ahora.


Ahora no sé quién soy ni qué hacer. Y crees que estoy triste pero... si la actual situación del mundo no me pone triste, ¿cómo voy a sentirme mal por algo tan nimio? Y si supiera quién soy y qué quiero hacer, ¿no tendría más motivos para sentirme triste? No, no estoy triste, pero si al leer esto pensaste que sí, entonces perfecto: he conseguido transmitir algo de una forma u otra, y eso me gusta. Como a un animal le gusta comer o como a un niño le gusta que su padre le felicite. No quiero ser un animal, y aunque lo quiera, no volveré a ser niño, nunca más. Así que este exacto momento es en el que me paro en el pasillo oscuro que es mi vida y miro: por muchas luces que encienda, el futuro es oscuro porque la nada no se deja ver. Me quedaré por aquí buscando en las paredes, en el suelo y en el techo todas las cosas que me hagan sentir bien y cuando ya no me quepan más en los brazos reemprenderé la marcha. Ya estoy harto de vivir como si a cada segundo me dieran la respuesta a un acertijo que he dado por imposible, con la sensación del ''casi''.
Me llevaré conmigo este texto, porque me gusta.

3 comentarios:

  1. Si he vuelto a escribir más a menudo es gracias a este blog. Por el simple hecho de tener un lugar predispuesto para publicar un texto y compartirlo. Cada uno justifica esa satisfacción como le sale de los huevos, pero está ahí. Pero esto es un comentario a un texto de Moha y no me quiero explayar demasiado en eso. Lo que quiero decir es q a parte de lo de la existencia del blog y todo eso y ya sea por afinidad de pensamientos o por el aprecio que te tengo, tus textos me aportan muchísimo. Sobretodo ganas de escribir. Porque haces que me parezca posible extraer cosas del coco y traducirlas en palabras. Tú lo haces fácil. No sé cómo de fácil te resultará a ti realmente pero das esa sensación, dentro de la complejidad de la idea que estés contando, la cuentas clara, sin en revesarte demasiado y eso me gusta, por eso de que nos atrae aquello de lo que carecemos. Más allá de la típica admiración de cuando lees algo que te gustaría haber escrito tú, porque es real para ti, a parte de la empatía y todas esas cosas, haces que quiera escribir. Y eso es bueno. Te quiero Moha.

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  2. A mí me pasa algo parecido. Me he sentido muy identificada con cómo explica Fela tu "facilidad" y sobre qué, solo que a mí no me instas a escribir, sino a aspirar a otras cosas, a cosas mejores. No sé, es difícil de explicar. Supongo que es simplemente mi equiparable a escribir.
    Lo mejor de todo es que nunca adornas nada, quiero decir, te sale y punto. Se nota al leerte que no te has flipado colocando una metáfora y masturbando tu ego con ella. Lo sacas y ya, muy sincero. Y contigo mismo, que es lo curioso de todo... No sé, es como lo percibo yo al menos, y tengo que decirte que viva.
    Leerte es magnífico, de veras. Como cuando lees a autores buenos de verdad que te lavan de algún modo las ideas y te hacen ver más cosas de las que se ven cuando pones la tv un domingo. Así es para mí, y también es bueno, así que solo me queda agradecértelo.
    Espero no haberme pasado con el comentario. Un saludo y mis mejores deseos a todos.

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    1. Yo no sé si lees las respuestas que te dejo a tus comentarios, pero no por eso voy a dejar de hacerlo. Eres el arquetipo de público que busco. Hay mucha gente que me dice ''sí tío, lo leí pero no sabía que poner''. Tú llevas comentándonos casi desde el comienzo y si soy sincero conmigo mismo, antes de todo esto estaba aquel proyecto entre Alejandro y tú, del que ME COPIÉ para crear el colectivo. Eres la más asidua y la más vetusta de los que se pasean por aquí, que yo sepa, y cada puto comentario es una inspiración porque significa algo. Supongo que lo tienes fácil, ya que escribes bien y te expresas bien, pero eso no le resta nada al agradecimiento que te tengo. Muchas gracias Dalia.

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