Ellos lo ven así.

Estoy perdido. Cómo caracoles en otoño, huyendo del agua. Huyo de los problemas insignificantes, cada vez más lejos de saber que era antes.

Iba a escribir comentarios uno a uno a mis enamorados y preciosos compañeros de viaje. Pero me sale mejor escupir todo de una.

ELLOS LO VEN ASÍ

Veo gris, tonos medios en mi retina. Las imágenes que se forman ya no concuerdan con las realidades que mi cerebro es capaz de interpretar. Estoy tirando todo lo que he construido por un inmenso sumidero de tiempo que ya no será.
Cada paso me noto inestable. Luego suela el teléfono, Moha. Pasan horas, volvemos en coche y CARAJO TODO PUEDE SER MARAVILLOSO!!!
Golpe de teclado y bajos en los oídos. Sé por qué lo hago, nunca me justificaré más que cuando no soy capaz de justificarme con otro motivo que el puro placer.

Yo nunca quise hacer daño, nunca he querido ser malo, pero mi conciencia me taladra y las vísceras indican que algo no está bien conmigo y el medio. No fluyo con el ambiente.

Sé que vienes a verme, quiero. Sé que he ido a ver a los de siempre, los quiero.
Los impulsos eléctricos no tienen ningún sentido en mi cabeza, joder. Golpe de teclado, siguiendo el ejemplo de Moha. (Él sabe de qué hablo)

Yo ya no se justificarme. Pero está ahí, como gotas incrustadas en la mampara de la ducha, permanente.

Para lo que dan un par de horas de noche otoñal al norte del Magreb.