:PPP ;)

Para el que lo encuentre:

Hola. Mi nombre es Manuel. Mis amigos me llaman... creo que eso da igual. Vivo en San García, en la calle Donante de sangre. No creo que vuelva a ver mi casa. 

Lo que estoy a punto de contar es solo y exclusivamente la verdad. Aunque para cuando acabe pensará que estoy totalmente loco. Porque lo que voy a decir todavía esta por asimilar en mi cabeza.

Hoy es viernes, 12 de abril. A las 23.00 salí de mi casa para reunirme con unos amigos. Íbamos a ir al centro a pasar la noche. Alejandro, Julio, Pablo, David, Dani, Gonzalo y yo. Después de dar varias vueltas por la calle ancha, la plaza de Neda y todos los lugares comunes habituales acabamos en el Llano amarillo, haciendo nada. Un par de litros reventadas y muchos chistes machistas más tarde noté la urgencia de la naturaleza. No me suele gustar mear en la calle, pero es lo que hay. Es cierto que más de una vez le he gritado a alguien por mear en la vía pública, pero joder estaba a punto de reventar. Palabra.

Me estoy perdiendo...

Ah sí, que me fuí a mear. A uno de esos postes de luz gigantescos que hay dentro de los aparcamientos del Llano, esos que en su base están cubiertos por planchas blancas de contrachapado o aluminio o fibra o yo que sé. La gente suele ir allí porque protege un poco. Y no había nadie en la calle pero igualmente, no sé, cuando vas al baño quieres intimidad, ¿no? Depende de dónde estés te pones más exquisito o menos. El caso es que llegué al poste, me bajé la cremallera, busqué y apunté. Un perfecto arco que arrancaba brillos ambarino-dorados de las luces del magestuoso puerto. Tuve que apartar un pie porque hay una regla no escrita que dice que cuando meas en la calle, el charco se va a dirigir a ti 8 de cada 10 veces. Al puto charco se la suda la física, él solo quiere mancharte las suelas y los cordones de las zapatillas. Puto resentido. 

Pero bueno, aquí llega lo alucinante. Esta es la parte en la que esta mierda se pone seria. Al darme la vuelta con toda la intención de enseñarles los huevos a mis acompañantes los ojos me bailan. No sé lo que estoy mirando. Donde antes estaban mis amigos ahora había un grupo de canis familiaris, sentados en los bloques de hormigón. Algunos se acomodaban en sendas motos de unos colores que dañaban el corazón (ahora mismo, mientras escribo este mensaje de texto que dejaré guardado en el teléfono, estoy montado de paquete en una Jog RR jugando a aguantar el puto equilibrio mientras mi etílico chófer va dando putos tumbos por la Bajadilla). Y es que cuando me acerqué para asegurarme de que no estaba viendo visiones me di cuenta de que ellos me reconocían y me llamaban. Me estaban hablando. Se reían de mi forma de vestir -concretamente de mi camisa de lana. Se reían del hecho de que no me hubiera subido la cremallera. Pero se reían de forma familiar. Como si me conocieran. Esos canis. A mí. Es más: resulta que somos amigos... Esto es una locura, nadie se lo va a creer.

Por lo visto hemos quedado con un tal ''Samu'' para bebernos unos litros en Soto Rebolo. Sabía que el puto McDonalds solo nos iba a dar problemas. Ahora no sé que coño esperar cuando les diga que yo no bebo. Joder si alguien encuentra esto o mi cadáver o ambas cosas... díganle a mi madre que la quiero. No sé si volveré a verla y nunca le he dicho lo mucho que me hace falta. Supongo que ahora todo ese amor me lo tendrán que dar las modificaciones para la moto y las latas de monster. 

El que lea esto puede preguntarse ''¿y por qué no escapar, simplemente?''. Bueno, la respuesta es complicada, digamos que a medida que esquivamos peatones en la moto y vamo subiendo para Soto rebolo como que me está mpezando a gustar el rollo, ¿sabe?. Como que me noto cambiao, ma emocionante, sabe?

Er ezekie ma dixo de dearme su motillo, y a lo meho me recoho a la sofi pa pegarno 1 rule x la bote. Dió en verda sta wapisima la jog der carmelo, x la vieha!!1! jejejeje :pp ;)