En blanco, tengo la vida en blanco desde la frente hasta mi
nuca,
desde el esternón hasta mis omóplatos,
tan blanca
que la luz toda es suya.
No atino a decir ni un solo párrafo que no se quiebre
por alguna voz que aplaste más entre mis voces:
impertinentes, incrédulas.
No alcanzo las ideas
que se escurren allí a lo lejos
en el horizonte de mi estupidez.
Siembro memoria, recojo ignorancia.
Solo rasco en lo ajeno el serrín para llenar mis pozos,
hondos como el miedo sulfúrico y cobarde que se agazapa
y corroe siempre
detrás de mis ojos.
Corro sin saber que corro
hacia cualquier compañía
que silencie el corral de mis egos
Que cacarean absurdos, inconexos, dañinos.
Dañino como saber que yo misma me encadeno
porque amo sin saber que amo,
culpo sin saber que culpo
a la misma matriz que me dio
un pecho tan abierto y encarnado.
Espío sin saber que espío a esa mujer tan lejana
ese mañana tan lleno y tan de mentira.
Pero estoy en blanco, un blanco ominoso
que ruega ser mancillado.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
¡Estás a punto de escribir un comentario en el Colectivo! ¡Es un momento muy importante para ti! y un gesto de agradecer por nuestra parte. Recuerda ser todo lo respetuoso que te sea posible y sobre todo ten una buena dicción. Si es necesario busca las dudas en Google. Hagamos de internet un mundo más legible.
Gracias.
Atentamente: el Departamento de moderación y buenos hábitos de C.A.