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viernes, 9 de agosto de 2013

Noche oscura sin Luna.

En la madrugada miré a través de mi ventana y el viento me pareció más real.
La oscuridad tras los árboles jóvenes, más amenazadora. Tumbada sobre el lecho estival de oro de una leve colina parecía cernirse hacia mí, trayendo consigo el vacío. 
Herida por la luz eléctrica de las farolas, frenaba su ímpetu devorador a la orilla de un camino de falsos adoquines. Ella era real, insondable.
Aunque mi mente dibujase recuerdos en los que potros danzarines retozaban bajo el sol en esa misma colina, algo frío y cavernario alojado en lo profundo de mi alma mamífera me susurraba los secretos del miedo.

En esa oscuridad ya no mora la racional tierra que hacia tus ojos devuelve la luz del Sol. Ya no hay tal luz, lejos está el sol, ahora solo tinieblas. Y en las tinieblas se arrastran figuras grotescas, garras, dientes, brazos, mandíbulas que atenazan, escamas y erizadas cerdas... figuras que no necesitan forma, pues la forma esclava de la luz es y aquí ya no mora la luz, ahora solo tinieblas. Pero todavía escúchalos, como se arrastran, cada chasquido y crepitar, pon atención y escucha como rechinan sus dientes, como la garra y el vientre escamoso horadan la tierra... se arrastran por las que fueran las conocidas y familiares tierras de la luz, de las que garante es Sol. No hay tal garantía ahora, no hay sol ahora, ahora solo tinieblas. Los hijos y las hijas del horror desconocido maman de la noche sin Luna, pero no se sacian. Tienen hambre, quieren tu sangre, tu carne y tu hueso, y todavía más: quieren tu tormento y tu dolor

Así susurró la voz con un tono lejano, que me llegaba desde el vientre y que atenazaba lentamente mi pecho. Rápida la razón se alzó a desacreditar al miedo y la fantasía en su terrible conjura:

El Sol volverá, la luz se alzará ante mi como lo hizo ante mis antepasados, que no sufrieron mal alguno en al oscuridad pasajera, y lo hará ante los que tengan que venir; allí donde mi mente construye brazos diabólicos y dientes dispuestos a cortar mi carne, el sol desvelará la verdad de un prado estival, unos árboles jóvenes y el secular viento de levante.

Y así amaneció. Triunfó de nuevo el inmenso Sol que con certeros tajos de su espada ígnea sajó y deshilachó la noche

* * * * *

Pero en el ocaso, cuando el Sol cabalgue hacia el horizonte de poniente y se cierna la noche ¿será capaz la razón de inspirar valor a las piernas del que camina en la oscuridad? ¿Serás tú quien camine en la tiniebla? ¿Dónde estarás cuando la luz ya no guíe tus pasos? ¿Y dónde tu razón cuando el horror roce tu tobillo o respire tan cerca de ti que sea tu carne humedecida por su aliento y no tus ojos anegados en oscuridad la que te de fe de su cercanía? Dime, ¿qué harás cuando solo tinieblas? Solo, en las tinieblas. ¿Eh?

La oscuridad es fascinante:

 allí donde nada hay,
 muchas cosas cobran vida. 
O quizás sea a la inversa:
 muchas cosas vivas
 solo se manifiestan en la oscuridad.

Mohamed Mohamed Ali.

2 comentarios:

  1. El universo en su mayor parte es una masa titánica de "materia oscura". Todo lo que podemos "conocer" es tan solo una infimísima parte supeditada a chocar o no con los fotones. Los colores, el paraíso... solo existen por la luz, el resto "tan solo tinieblas" las garras de lo oscuro.
    Me ha encantado tu relato Moha, de verdad. Un abrazo.

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  2. Me gusta, porque aunque sea una narración siempre dejas suspendidas reflexiones. Tienes una manera de escribir muy cinematográfica, o será que me resulta muy verosímil y es fácil meterse dentro.

    Se os echa de menos por aquí. Espero que vaya todo bien.

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