Yo, soy el que te miente abiertamente a la cara y te hace
sentir lo que quieres sentir. Soy el que hace lo que quieres para conseguir lo
que le interesa, soy yo.
Soy el que toma tu palabra como valor y te obliga a cumplir
lo que nunca cumpliré, soy la mentira y el engaño, la mezcla de sustancias en
mi sangre, las pupilas dilatadas.
Un vaso de vodka en la mesa y un cigarro que se consume en
el cenicero, mientras juego con la vida como si se tratara de cualquier juego
de cartas, así soy. Cristales vacíos y papel cebolla arrugado, bolsas de
plástico encima de la mesa. Soy los bordes manchados de tu DNI, los restos
marrones debajo de tus uñas o la resina en tus dedos; molesto, pero necesario.
Cartones cortados, libros vacíos.
La música bien alta, la apariencia de ser serio. Intereses
enfrentados y espíritu descontento.
Cuanto más he tenido peor me he sentido, sólo cuando me veo
sin nada me siento bien. Sin compromisos incumplibles, sin mentiras, sin
necesidad de recurrir a las peores mierdas que existen en el mundo. Sólo la
música bien alta, la vibración de un bajo subiendo por mi cuerpo, el humo
saliendo de mis pulmones, el golpe del cigarro contra el borde del cenicero.
Yo, soy el que te dice que te quiere después de haber
follado con otro. El que no te miente pero te engaña. Un cabrón más de este
barrio que como cualquier otro quiere sentirse algo. Un cabrón más que escupe
palabras insulsas para hacerse sentir bien, que escucha música de ghetto para
creer que es de barrio y que se droga todo lo posible para creerse importante,
soy yo.
Pero soy el que nunca se siente mal después de haber tragado
y sudado, sin embargo sé que no lo he hecho bien, pero soy el que no se
arrepiente de ello y vuelve a hacerlo otra vez. Soy el que merece todo el odio
pero se gana el amor. Soy la peor y la mejor de las personas que he podido
conocer. Un suspiro, después de un buen polvo.
Soy jerga mala, soy pretensión y humos. Olor a tabaco y
maría, litros en la playa o en la plaza, gritos y risas, vecinos cabreados y
carreras de la pasma. Todo lo que piensas que siempre fue malo pero quisiste
hacer, aquello que nunca nos gustó pero siempre amamos.
Soy una pared destrozada, pintura caída, colillas y meadas,
firmas y pintadas mal terminadas. Soy adolescentes descubriendo el sexo en el
callejón de atrás. Mano en tu bragueta, corazón palpitante, sangre caliente y
mareo constante. Soy nervios y temblores.
Luego vuelta a casa, coche y cama, y a la mañana mierda de
la falsa, quítate las ropas y no marques estilos.
Soy represión propia y libertad mal gestionada, pura apariencia.
Soy censura literaria, Lorca cabando su propia fosa.
Pollas duras y chupitos de absenta, más gritos. Soy ese
intento por mantenerme de pie cuando estoy borracho y tú me agarras de la
cintura intentando besarme. Mamadas en el parking de la plaza, miradas extrañas
al subir las escaleras. Comida barata, más mamadas.
Chaquetas de cuero, camisetas de grupos, zapatillas sucias y
pantalones rotos. Cristales en el suelo debajo de las escaleras, luces de coche
y ojos locos pendientes de destellos azules. Chalecos reflectantes y carreras
sin sentido. Vómito en las esquinas y papeleras rotas en el suelo, contenedores
cuesta abajo, miradas de reproche. Visita a la farmacia, condones baratos, poca
experiencia, más miradas de reproche de la dependienta.
Soy lo que todos los jóvenes son, inquietud e imprudencia,
parezco lo que todos los padres quieren, seriedad y responsabilidad. La verdad,
sangre y mierda en cada una de estas hojas. Realidad, lo mismo que todos pero
sin broncas.
Soy ese día solos en casa, soy esa libertad de una primera
vez. Amigos y consejos, fracaso real, satisfacción social. Esa mano que te la
rodea sin miedos, ese alarido de entrada y salida. Explosiones, gritos y plásticos
en el suelo, nueva etapa, madurez de lejos. Mentiras y mitos.
Soy esas edades que se pasan, esa adolescencia que se fue y
todo lo que queda, esos colegas, esas mierdas y esas glorias, soy todo lo malo
que he hecho y todo lo bueno. Soy la felicidad que siento al saber que he
tenido esto y que lo podré seguir teniendo. Esos libros difíciles de explicar
en casa, esas películas, esas músicas, esas vidas complicadas. Puertas
cerradas. Horas en el cuarto, horas en la calle.
Soy estos veinte años de pasión y sufrimiento. Y me gusta lo
que soy.
Nota del Autor:
Cualquier parecido con la realidad no tiene por qué ser
casualidad.
A aquellos que sientan molestos por el texto, según el
motivo:
-los que se molesten por la temática y el lenguaje, que os
jodan.
-los que crean haber sufrido por mí causa, probablemente
esten en lo cierto, de ahí que se trate de una expiación.
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