Cyber acoso. Capítulo 1.

Y vas de '''uuuuuuu, que va, ya no me importa''. Luego actualiza, ves que sigue con su vida y duele. Pero duele que da asco, porque es una sensación tenue, molesta, impersonal. Como ese picor que no se localiza o lo que se siente cuando se te entumece una extremidad que recupera el riego sanguíneo.

Era inevitable que me pasasen estas cosas, y que me sigan pasando. Porque lo personal nunca ha sido lo mio, así que internet se convirtió en el recurso para llegar a las pibas. A las que me gustaban. Y a las que usaba para las pajas.

Hoy es nueve de abril y la primavera me pone tonto. Además con el asunto este del nuevo disco de The Creator he sufrido una regresión. Estoy egoísta, poco consecuente, TORPE. Cuando creía haber entendido el juego de la seducción y superado el asco que me producía al principio ahora me doy cuenta de que la cosa no es como creía. La sinceridad que uso ahora no me lleva a nada: queréis sentir la fantasía de madurez y libertad que ofrece el misterio de las formas. ''¡¿Tengo pinta de zorra?! Entonces, ¿por qué intentas joderme?'' Yo soy de hablando en plata, aunque no me guste el grupo. A lo mejor es porque soy hombre, o porque soy excéntrico, pero esto está dejando de hacer gracia. Ya dije que no hay esperanza que perder.

Que sepas que estoy escribiendo esto mientras en la tele del salón de mi piso está puesto Gran Hermano 10.000.000.000[...]. Es un esfuerzo de la hostia. ¡Qué dolor!
He estado en el concierto de Agorazein, Erik Urano y Zar1 en Málaga. Y he aprendido más cosas sobre las personas. He visto gente penosa en el público y gente penosa en el escenario: gente normal mis huevos. Cualquiera enlaza frases pero saber tocar la fibra no lo hace cualquiera prim. Pero saqué una foto molona, y la subí y esperé con todas mis ciberfuerzas que la viese. Que me viese seguir con mi vida. De hecho lo estaba haciendo, y ahora me calma saber que durante este fin de semana me he preocupado más por mis padres que por ella. Perfecto. Y además había chicas, pero yo no estaba pa ellas. Sin problemas. Conocimos a tres alemanes de la hostia. Pintamos un bonito anticristo criollo negro y lo colocamos en cierto lugar -solo diré que cierto párroco se va a llevar una sorpresita cuando se despierte a dar su paseo matinal.
De ellos concluí que mi infancia (a modo de broma) es blanca y católica. Pero vaya, que casi casi, ya que me he criado entre la estirpe de Jesús.