Cada día un punto de inflexión, cada hora una paliza: tengo la sesera amoratada. Se ha desatado la bestia, mi mente anda suelta y no necesita más combustible que mi propia carne.
Soy
pasto de mis fuegos. Estoy ahogada en mi propia lluvia.
Me he
perdido el ver pasar los días. Me he perdido la cotidianeidad, no hay ninguna
rutina en la que resguardarme, simplemente hay ruido, un desfile de acontecimientos,
una reflexividad congestiva, una auto-distorsión delirante.
Y aquí
estoy, agazapada en mi cuarto, desprotegida de mí, haciéndome jirones solo
porque no soporto no saber. No saber vivir. No se vivir. Posiblemente de eso se
trate, quizás nadie sepa vivir, todos ciegos, todos tuertos, todos necios. Todos sumergidos en un enorme delirio del que
nadie huye, porque es humano asimilar lo que nos sirven por delante. Y si
empiezas a pensar, amigo, si empiezas a pensar en posibilidades, quiero decir,
si empiezas a cuestionar el cojín donde pones tu culo, si de veras lo haces
(todos los días, a todas las horas), entonces, amigo, estarás crónicamente
incómodo. Estoy crónicamente incómoda. Y ahora el aire se me hace viciado y a
la vez de plomo y me pesa tanto que me sienta con más fuerza en mi silla y me
estruja el pecho contra el respaldo y me duele el culo donde antes había un
mullido trozo de tela relleno de costumbres.
La
cuestión es que me vengo dando cuenta de que la respuesta no es alcanzable con
el entresijo de voces más o menos lógicas o más o menos inspiradas que nos
hablan en el oído interno. No. La respuesta está más allá del ruido. En la
no-mente. En la calma. Fuera de lo extraordinaria pero limitada conciencia
humana. En el instante y en lo atemporal, en la infinita rueda del presente. En
la muerte.
No, no
me quiero quitar la vida. Solo le estoy declarando la guerra a mi forma de vida
hasta ahora, a la absurda reflexividad que lo toquetea y lo despieza todo,
matarla pronto antes de que me despiece a mí.
En este tipo de textos siempre me gustaría decir algo por lo que me provocan, pero me resultan tan introspectivos que me da la sensación de intrusismo...
ResponderEliminarMe limito a lo básico: me ha encantado leerlo y la canción se me antoja muy apropiada para la temática.
Un saludo.