Tengo que... no, ¿las llaves? Llego tarde. TARDE.

¿Dónde está? ¿DÓNDE ESTÁ? -qué- ¡Mi pudor!
Llego tarde, tengo clases. Tengo que hacer cosas, decir cosas, a gente, y escucharle. Oh Dios no... ¡Llego tarde!
¿De dónde viene  esta música? -no hay música- ¿Por qué no siento el brazo? ¡Mi brazo!- llevas horas dormido sobre él.
Arriba, me queda poco tiempo. Si llego tarde no me lo perdonarán, no esta vez. No encuentro las llaves. No quiero ir. No quiero salir de mi cama. No quiero ser yo.
Soy fuerte, qué tontería -pero que no te miren. No pueden hacerme nada, son como yo, no debo tener ¿miedo? -te están mirando- el miedo es contraproducente -¿lo notas? Entra, saluda, sonríe, se normal, ¿quieres? - ¿cómo? no dejan de mirar. Ellos están tan perdidos como tú, solo sé tú mismo -te sudan las manos. Me sudan las manos, será el calor, baja esas pulsaciones amigo. Pareces un niño pequeño, asustado. Ya eres adulto, compórtate como tal, joder -nadie te dijo cómo serlo, no es tu culpa. No soporto que me vigilen, son demasiados, demasiados ojos, quieren verme tropezar -nadie te mira, estúpido.
Cierto, nadie me presta atención -eso es porque quieres. Es culpa mía, debería ser más abierto -si al menos dejaran de vigilarte siempre...

Soy un tipo raro, no es mi culpa -y de nuevo las excusas: temes sentirte simplemente incapaz. Yo no tengo miedo -yo sí. Yo también -lo sé, pero no es miedo, solo vagancia. Debería cambiar, empezar a ser más extrovertido, más amigable, menos extraño y esas cosas -es una fiesta, pero nadie te ha invitado. Eso es porque no tienen mi número -¿te lo han pedido? No -mejor, no les necesitas, me tienes a mi. QUEDÉMONOS EN CASA.

Debería llamar a casa, seguro que a mi madre le hará ilusión que la llame -para mentirle, ¿eh?, buena idea.
Sí, mejor la llamo mañana -eso dijiste ayer, ¿no?
Ojalá pudiera matarte -ojalá pudiera matarte yo a ti, puto inepto.

Y así, amigos y amigas, es como mi peor enemigo se ceba conmigo, desde dentro, para joderme cada día de mi vida con alguna genial ocurrencia basada principalmente en la autoaniquilación. Yo no estoy loco,  ni soy raro. Pero él... él es un puto maníaco, y la tiene tomada conmigo.