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jueves, 18 de abril de 2013

Voces.



Del sexo y de la observación del mundo desde la horizontalidad de una cama aprendí que la percepción del ahora mediante el frenesí del cariño y los placeres pasivos (intelectualmente hablando) acarrea un gran socavón en la personalidad que se va llenando de vacío. Un vacío muy pegajoso que acaba minandote el ánimo. Tan solo aprendí con un par de golpes secos que me devolvieron la inquietud. No, la inquietud siempre estuvo ahí, tan solo estaba anestesiada.
 Un par de golpes secos, así es la mente humana, aun así le sigo teniendo cuidado a la “vida” y al menos intento que me coja por varios frentes y que me deje tiempo para mí.  Y ese tiempo para mí, ese que ahora ya es del que me esté leyendo, me hace seguir en mi propio camino ascendente. 

Quiero pensar que mis contradicciones me han enseñado mucho. Las cuento a pares porque desde hace ya tiempo mi mente lo toca todo, como un niño curioso y en parte avieso. He jugado con las lindes. Entonces, poco a poco  lo que hasta ahora era real e inmutable se va deshaciendo como un terrón de azúcar y en alguna parte de ti nace por fin la duda y su pariente Angustia.

….

Demasiadas cosas que decir y lo comparto porque es una naturaleza que tengo que atender como terrestre. Siento que las ideas se agolpan en el interior de mi cráneo y se pudren, estoy diseñada para compartir. Pero tengo contra mí el lenguaje que os aseguro me da muchos quebraderos de cabeza. No es por estética es por la batalla que tengo con los conceptos, porque me es difícil ser clara cuando el mensaje es tan difuso y tan expandido como una niebla en mi mollera. Yo de párpados para adentro soy muchísimo más eficaz.

1 comentario:

  1. Me parece muy acertado el símil que haces entre el terrón de azúcar y aquéllo que antes te parecía real e inmutable. Fisiológicamente, representa muy bien el desvanecimiento que describes: de un elevado y energético impulso al vacío "pegajoso".
    Al fin y al cabo, estás planteando un desequilibrio, el cual se manifiesta en el cuerpo como el chute de glucosa de una coca-cola.


    P.D.: tal como Alexander Supertramp obtuvo como conclusión clarividente vital, compartir es el algo así como el secreto de la vida, reportándonos una humildad pura y natural la cual es la más grande de las virtudes.

    P.P.D.: viva la curiosidad de las mentes inquietas

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